Insulina

La función más conocida de la insulina es la de "llave" que permite el paso de la glucosa que circula por la sangre al interior de las céulas, pero no es su único cometido:

 Conviene aclarar algunos términos que aparecen en el esquema relativo a las funciones de la insulina:

- Sobre el tejido adiposo: (es lo que conocemos como popularmente como "la grasita")
  • Aumenta la lipogénesis: es decir, aumenta la formación de grasa.
  • Aumenta la acción de la lipasa lipoproteica: es una enzima que forma ácidos grasos utilizados como combustible por las células.
  • Inhibición de la lipólisis: evita que ocurra el proceso contrario a la lipogénesis.
- Sobre los músculos:
  • Aumenta la síntesis de glucógeno: es una sustancia blanca que se encuentra en el hígado y los músculos, su función es de reserva energética, ya que se puede transformar en glucosa cuando el organismo lo demande.
  • Aumenta la síntesis proteica: favorece el proceso mediante el que se forman las proteínas.
  • Inhibición de la proteólisis: dificulta la descomposición de las proteínas.
- Sobre el hígado:
  • Lipoproteínas: están formadas por lípidos y proteínas, se encargan de transportar las grasas por todo el organismo.
  • Inhibición de la gluconeogénesis: evita que el hígado de produzca glucosa utilizando productos de desecho, subproductos grasos y aminoácidos.
  • Disminución de la concentración de SHBG: se trata de la globulina (un tipo de proteína) fijadora de hormonas sexuales.
  • Inhibición de la síntesis de PAI-1: reduce la cantidad de PAI-1, esto resulta de gran importancia, ya que la PAI-1 dificulta la fibronólisis, que no es sino el proceso por el que se degradan las redes de fibrina propias de la coagulación, gracias a la fibronólisis se evita la formación de trombos. Por tanto, un nivel alto de PAI-1 se asocia con riesgo de trombosis.
- Sobre el endotelio: (es el tejido que cubre la cara interna de los vasos sanguíneos)
  • Aumenta la vasodilatación: dilatación de los vasos sanguíneos (aumento de su calibre), esto conlleva una disminución de la presión arterial.
  • Inhibición de la agregación plaquetaria: dificulta la aglomeración de plaquetas responsable de la coagulación de la sangre.
 Como podemos imaginar, un déficit de insulina no sólo causa problemas relacionados con el nivel de glucosa, sino que aumenta la probabilidad de sufrir trombosis, hipertensión, pérdida de peso, problemas sexuales...

Afortunadamente existen varios tipos de insulinas inyectables para hacer frente a la diabetes:

- Insulina de acción rápida: por lo general se utiliza para imitar el "bolo" que debería segregar el páncreas. Tras ser inyectada tarda entre 15 y 20 minutos en comenzar a hacer efecto, por ello, lo ideal es aplicarla antes de las comidas, con el objetivo de coordinar su acción con la llegada de glucosa a la sangre. Tiene un pico de acción a las 2 horas, y su efecto termina en algún momento entre las 6 y 8 horas después de su inyección.


En algunas situaciones puede ser necesario que un profesional sanitario la inyecte vía intravenosa, aplicada de esa forma su vida media es de 5 minutos. Si no utilizamos una técnica de inyección correcta corremos el riesgo de aplicarla de forma intravenosa accidentalmente, lo que provocaría un episodio de hipoglucemia rápido e intenso.

- Insulina de acción intermedia: también conocida como NPH por sus siglas en inglés, su acción comienza a las 2 horas de su aplicación, el pico de acción ocurre entre las 6 y 10 horas y su efecto dura un máximo de 18 horas. Suele utilizarse para obtener el nivel de insulina basal que debería aportar el páncreas, quienes la utilizan deben aplicarla 2 ó 3 veces al día.

- Insulina de acción lenta (glargina): inicia su acción a la hora de inyectarse, en algunas casos su efecto puede llegar a cubrir 24 horas, y en general se considera que a efectos prácticos no tiene pico de acción. En algunas personas la duración de esta insulina es menor de lo esperado, por lo que se puede hacer necesario aplicarla en dos dosis, por lo general la mitad de la dosis se aplica por la mañana y la otra mitad por la noche. El Ph de esta insulina es un poco ácido, por lo que puede producir dolor leve cuando se administra.

¡Pero todo esto es de forma resumida!, en la práctica existe una amplia variedad de insulinas disponibles:


Cabe imaginar que la frecuencia con la que se administran varía en función del tipo de insulina que estemos utilizando, no obstante, para la diabetes tipo 1 el esquema que mejor suele funcionar es el basal de bolos; se aplica insulina de acción lenta una o dos veces al día e insulina de acción rápida antes de las comidas:


La situación de las personas con diabetes tipo 2 que necesitan aplicarse insulina es muy distinta, sus esquemas de inyección varían más de unas personas a otras, pero merece una mención especial el esquema insulina NPH + análogo de acción corta, que si bien no es demasiado frecuente en la diabetes tipo 2, cuenta con la particularidad de que también puede ser útil en la diabetes tipo 1.



Finalmente, hay que considerar las zonas recomendadas para inyectar la insulina:



Respecto a ellos debemos tener en cuenta que en el abdomen (zona "a") la insulina se absorbe más rápido que en brazos y muslos (zonas "c" y "b" respectivamente), el lugar en el que la insulina tarda más en pasar a la sangre se encuentra en las nalgas.

Una de las complicaciones más comunes de la terapia con inyecciones de insulina es la lipodistrofia; consiste en una acumulación de grasa o en ocasiones la desaparición de ésta en los sitios de inyección. La rotación de las zonas de inyección es fundamental para garantizar una absorción correcta y evitar la lipodistrofia.

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